03.Abr.03
Tíviestar

Tener un hermano es un regalo del cielo cuando necesitamos hacer algo que implique manchar la ropa. Pero también es una carta explosiva cuando de préstamos de toda índole se trata.

Por eso es satisfactrio cuando otro les hace una guarrada y no encuentran manera de defenderse. Uno sale limpio de culpa y con una sonrisa que no oculta el gozo por lo sucedido.

Algo así sucedió hoy con mi hermano menor.

Toda la mañana había adoptado una actitud despótica e insoportable; si le hablabas respondía seco, como si no merecieras su respuesta. Lo entiendo. Yo también atravesé por la edad de la punzada/

Coincidimos en la oficina de un pariente. Yo entré primero y saludé a la secretaria (que está de muy buen ver) y a otra persona de administrativo. Luego entró mi hermano. Hizo lo mismo, pero la otra persona lo observó detenidamente y le soltó la frase del día:

¿Te han dicho que tienes parecido con alguien que sale en la tevé?

Se imaginarán el rostro de mi hermano. La secre y yo tuvimos que hacernos a un lado para que cupiese (¿?) en la oficina. Sobra decir que aproveché para rosarle el trasero a la secretaria.La otra persona remató lo que había iniciado:

Sí, ya se a quien te pareces. A Pepillo Origel

Pum. Blaf. Sponk. Santa madriza, Batman . Mi hermano sigue cayendo por ese abismo que es el despertar de un sueño que no era el de él.

Ni modo. Ya aprenderá que el ego es un elemento desechable a estas alturas de la historia.

El Sugus