21.Abr.03
Tiempo pasado

Presuroso se acercó a la luz que centelleaba a lo lejos. Seguramente ahí le ayudarían, al menos sabría exactamente dónde estaba.

No recordaba absolutamente nada desde aquella caída, cuando intentaba desenredar el cordón del globo enmarañado en el árbol de jardín respondiendo a la petición de su nieto.

Al llegar a esa casa todo volvería a la normalidad.

Se topó con una fina barra que despedía luz, muy distinta a la lámpara de gas que había imaginado; una caja incrustada en la pared le preguntaba qué buscaba y él no sabía que responder. Un hombre con una extraña máquina que inventaba pequeños relámpagos en su mano cruzó la puerta y alcanzó a ver por la ventana a una mujer con un trozo de material desconocido pegado a la oreja y que gritaba como loca.

Salió corriendo de aquel lugar maldito sin voltear siquiera una vez hacia atrás. Sin detener su carrera pensaba en aquellos tiempos en que todo era tranquilidad, en que junto a sus amigos había llegado a la conclusión de que todo tiempo pasado fue mejor.

Regresó al cementerio y se acomodó nuevamente en su ataúd, dispuesto a esperar que la vida y la muerte terminaran su debate para saber quien tenía la razón.

Zelig